¿Y si se les da la oportunidad a las mujeres de tomar decisiones en el fútbol?

Escrito el 11/01/2020
Martín Porcilio


Por un momento imaginemos a un director de una empresa que, para celebrar una victoria de su compañía, se para ante el director de la empresa rival (a la que acaba de ganar en una negociación), se agarra los testículos y los muestra orgullosos. Como si otorgase a sus “testículos”, y no a su capacidad, ese éxito laboral.

¿Impensable no? . Estoy seguro de que no veremos haciendo algo así al Director de YPF, pero si lo hizo un Director de un equipo de fútbol: Diego Simeone, entrenador del Atlético de Madrid frente a su eterno rival deportivo La Juventus, en el último partido en el cual ganó 2-0.  Increíblemente un tipo de 48 años, vestido con un traje de marca, se agarró sus genitales frente a miles de personas y todos lo aplaudieron fervorosamente. La UEFA, al contrario, no lo aplaudió, le abrió un expediente por el gesto y el Comité de Ética lo debatió. Según Simeone, que pidió disculpas, este gesto no estaba dirigido a los hinchas de la Juventus, sino que fue para “subrayar el carácter de sus jugadores”.

Este gesto sintetiza, a mi criterio y en sí mismo, el concepto machista existente en muchos de quienes forman parte del mundo del futbol. Pero no solo el gesto de Simeone es evidencia del machismo en este deporte. Miremos lo que pasó hace meses en el Barcelona de Messi.

¿Sabías que cuando el Barça viajó a Estados Unidos, el año pasado, las autoridades del club hicieron que el equipo masculino viajase en primera clase mientras que al femenino lo mandó a clase turista?. ¿Curioso no?. ¿Qué diferencia hay entre un equipo y otro? ¿No representan los dos al mismo club?.  

Otro caso emblemático, y ya yendo a temas de negociación, fue el que protagonizó Enrique Cerezo, presidente del Atlético de Madrid, quien dijo ante los micrófonos (en el marco de la negociación por la venta de un jugador): “No hablo de dinero y menos con mujeres”. Casos como estos ocurren miles alrededor del mundo. 

Hay que entender que el fútbol siempre ha sido un deporte masculino. Sus jugadores son hombres, sus entrenadores son hombres, sus directivos son hombres. No hay, como en otras industrias o deportes, un desequilibrio de poder que lleve a que las mujeres puedan ejercer “presión” en el buen sentido de la palabra. Las mujeres en el fútbol son, por ahora y aunque el fútbol femenino gane cada día más interés, un elemento externo. Esta realidad hay que cambiarla y a eso apunta humildemente esta nota.

Machista a la vista acá cerquita
Lo ocurrido durante los últimos días en Luján Sport Club, y que vio la luz gracias al trabajo periodístico del portal
Noticias Lujaninas, deja en evidencia que el machismo en el fútbol no solo está presente en los “grandes equipos” como el Barcelona, sino también en los más chicos. 

El machismo está también acá nos más, en el emblemático Luján Sport Club. Una institución que está al borde de desaparecer a causa de años y años de desmanejos y de innumerables dirigencias conformadas por “machos”, “por hombres”,  que (y con los resultados a la vista) no supieron hacer las cosas bien y por eso está el club en donde está. 

En el audio que circula en redes, porque se hizo viral, se afirma el concepto expresado en esta nota. El autor del audio “pregunta” y luego “afirma”: “¿desde cuándo al fútbol lo manejan las mujeres? ¿Qué saben las mujeres de fútbol? Acá hacen falta huevos, hacen falta hombres que manejen el club. Las mujeres son para puterio y quilombos. El fútbol es de hombres, es machismo. Que las mujeres se vayan a lavar los platos”. Increíble, pero cierto, es que en el año 2020 aún haya hombres que piensen de esta manera. 

El machismo en el fútbol es un hecho que se constata días tras día, en todos los clubes, y lo ocurrido en Luján Sport Club es un caso más. Estas posturas machistas se deben evitar y repudiar para romper con los estereotipos y prejuicios que frenan el progreso de las mujeres como futbolistas, entrenadoras, árbitros y dirigentes. 

Las líderes locales no se quedaron calladas
A raíz de este caso la exconcejal Alicia Beningaza (UCR) y las concejales Cecilia Páez (PRO)  y Paloma Scalco (PJ), salieron rápidamente y con los tapones de punta en redes sociales a repudiar lo ocurrido.

Vale destacar que las tres mujeres anteriormente mencionadas pertenecen a distintas extracciones políticas, pero tienen una fuerte convicción en pos de defender los derechos de las mujeres y no iban a dejar pasar lo ocurrido en Luján Sport Club. 

 





El trabajo de estas importantes actoras de la política local es interesante de analizar. Más allá de pertenecer a partidos distintos, han llevado a cabo durante los últimos años (junto a muchas mujeres protagonistas de vida institucional y social local) acciones concretas en defensa de las mujeres y de sus derechos. 

Han (y de manera realmente destacada) logrado visibilizar casos como lo ocurrido en Luján Sport Club y ejercer la “presión política” necesaria para dejen de ocurrir. Esto es realmente un avance en la materia y sirve de ejemplo para entender cómo se debe “trabajar en conjunto” en “pos de una noble causa común”.  ¿No es este un claro y buen ejemplo de lo que son capaces de hacer las mujeres cuando pueden tomar decisiones?  

Las posibles soluciones
Un primer paso, podría ser, que fuesen los mismos hombres los que generasen estos cambios para que el fútbol deje de ser un territorio comanche en donde se expresan consignas machistas, racistas y anticuadas que en definitiva “alejan” a la mujer de este ámbito deportivo.

En un momento de crisis como el que atraviesa Luján Sport Club, hace falta la ayuda de todos porque no sobra ninguno y cada aporte, por chiquito que sea, formará parte de la gran “solución” que necesita el club. 

Papás, Mamás, cuerpo técnico, jugadores en actividad, exjugadores, socios, la dirigencia política, vecinos, vecinas, hombres y mujeres, con amor por el club y voluntad, serán fundamentales para la reconstrucción necesaria.

No hay que mandar a nadie “a la lavar los platos”, al contrario, hace falta más mujeres en la sede del club, sentadas en la mesa de toma de decisiones, que aporten ideas y su valioso tiempo. Esto será el único camino posible para salir de una crisis que ya casi es “terminal” para el  club del Bajo.    

Sería muy útil dejar de utilizar la fuerza masculina de forma tóxica y usarla de forma sana, dando espacios importantes y de decisión a las mujeres y así, tal vez, Luján Sport Club logre detener la hemorragia que padece desde hace años, se encarrile institucionalmente, vuelva a los primeros planos deportivos y de manera ordenada regrese al lugar que siempre la historia tiene guardado para este histórico club Lujanino.  

Hay muchísimas mujeres que gustan, disfrutan, miran por TV y practican este hermoso deporte. Si los miembros del club son inteligentes, las convocan, les dan espacio para expresarse y tomar decisiones, ¿quién te dice que la historia cambie? 

Lo cierto es que será un suicidio hacer lo mismo otra vez, esperando obtener resultados diferentes. Píenselo muchachos.