
Casa Guevara Arenas
Urquiza 8136, Maipú, Mendoza
Al poco tiempo de producirse el terremoto de 1861 que destruyó a la Ciudad de Mendoza, hubo un alejamiento de varias familias adineradas de la época a lugares donde el siniestro no había causado tanto daño y que ofrecía mayor seguridad a sus miembros.
Entre las que deciden trasladar su residencia de la capital mendocina estaba la de don Juan Francisco Guevara, quien, a fines de 1860, comienza a construir su casa con los medios más modernos de la época, a unos 6 kilómetros al sudeste de la recientemente formada Villa de Maipú.
Las paredes de la casa se construyeron con adobones de 1,20 metro de ancho que fueron conformando una espaciosa casa con remembranzas coloniales. En tanto, los balcones, el altillo, las puertas, las ventanas con su enrejado, el infaltable aljibe y otros detalles más dieron a la construcción un sello característico que la ubicó entre las más importantes de las casas de la época.
Sus numerosas habitaciones y salas pronto se vieron pobladas con el moblaje adecuado y adornadas con cuadros y pinturas, algunas traídas desde Perú.
Según dice el documento de justificación de la ley, Carlos H. Dolcemáscolo, en su trabajo “Lugares y Monumentos Históricos del Departamento de Maipú”, explica que de acuerdo a estudios y experiencias logradas en viajes por Europa, José Guevara, hijo de Juan Francisco, efectuó las complementaciones edilicias y ornamentales que la llevaron a la conformación y fisonomía actual, instituyéndole el estilo colonial español.
La casa posee un patio con forma de L y galerías interiores. Además, tal como asegura el informe elaborado por el arquitecto Granollers, sobre un eje norte-sur se alinean los dormitorios y el baño, protegidos por una galería abierta al Este, con arcos de prominentes columnas que ocultan la estructura original compuesta de columnas y vigas de madera.
Por otro lado, en su vértice con el ala Este se encuentran las salas de estar, el hogar y el salón comedor. Posteriormente se encuentra la cocina y un sector de galería -presumen que original- en la que se pueden observar el tipo de columnas y vigas con sus cenefas de madera mostrando, con estos componentes, lo que debe haber sido la galería principal.
El patio demarcado por las galerías tiene piso de baldosas criollas, un aljibe de la época y, por último, detalles como el portal de acceso y jardines que se abren al norte de la vivienda con una fuente circular y rematando con una pared ornamentada con mayólicas y una pequeña fuente adosada y dos faroles de pie al costado de la misma.
Por último, se destaca que los muebles de los dormitorios, del comedor y demás ambientes conservan, junto con la casa, todas las características de fines del siglo XIX, acompañados de fotografías y objetos de época. El conjunto en general se presenta como un escaso y exquisito exponente de la arquitectura de fines de siglo XIX, perteneciente a caracterizadas familias de la zona.